Mauro Segales fue detenido a finales de octubre de 2022 por haber matado a un joven peluquero, equivocándolo con uno de los integrantes de otra banda que, por entonces, se disputaba territorio y poder en el barrio Peñarol de Montevideo. El barrio fue escena de 22 homicidios ese año.

La Fiscalía de Homicidios de Adriana Edelman le imputó a Segales el crimen de ese joven –Facundo Castro, de 18 años–. Desde entonces, el líder narco cumplía prisión preventiva, hasta este martes.

El juez Emilio Baccelli encabezó una audiencia judicial en la que el imputado marchó a prisión por dos homicidios en Peñarol que le pudo probar la Fiscalía. Uno, el de Facundo Castro, y el otro, el de una mujer a la que apodaban La Beba.

Esa mujer era del barrio y consumía drogas. Le compraba usualmente a La Tita, otra líder narco de Peñarol. Según dijeron testigos a la Fiscalía, ella vio el triple homicidio ocurrido en agosto de 2022 en el descampado (o pastizal) de Camino Edison y Watt.

Se lo contaría luego a La Tita, quien tomó represalias porque las víctimas vendían droga para ella. Su banda baleó en dos oportunidades a Ramón "Keto" Viana, compañero de Segales; esos ataques ocurrieron el 6 de setiembre y el 10 de octubre de 2022.

Segales y el Keto terminarían siendo apuntados por La Beba ante La Tita, como autores del triple crimen. Al día siguiente de la triple ejecución ambos la golpearon porque creían que los traicionaría. Días después la llevaron a una vivienda del barrio, la maniataron y le dieron 10 minutos para que hable. Para decir si efectivamente le había dicho a La Tita que eran quienes mataron a los dos hombres de 49 y 44 años, y a una mujer de 49, en ese descampado.

Habló y ambos usaron un cuchillo de mesa para matarla. Luego desmembraron su cuerpo y lo pusieron en bolsas de nailon. Por orden de ellos, la hermana del Keto sería la encargada de deshacerse de los restos, reconstruyó la Fiscalía.

Pero no lo hizo lejos: dejó las bolsas en bocas de tormentas del barrio. Por el olor, no tardó mucho tiempo en descubrirse lo que hizo. Luego, análisis de cámaras de seguridad y otras evidencias probaron que había sido ella quien se descartó del cuerpo, y fue condenada por encubrimiento.

La Fiscalía sabía, por entonces, que ella no había sido quien la mató, sino que fue obligada a deshacerse de los restos. Las responsabilidades apuntaban a Segales y al Keto; este último sería asesinado luego, pese a sobrevivir a dos ataques a tiros.

Sin embargo, los investigadores no tienen al momento la suficiente evidencia para inculparle a Segales esos tres homicidios, que están impunes. Incluso ahora una testigo que podría haber resultado clave, está muerta.

Es así que la Justicia dictó 22 años de prisión para Segales. Fue tras un acuerdo abreviado que el imputado llegó con la Fiscalía, por reconocer estos dos crímenes (uno como coautor).

La guerra narco en Peñarol tenía los siguientes nombres para los investigadores: los Segales, los Vallejo, los Montenegro y La Tita. Una disputa entre esos grupos criminales motivó que el entonces ministro del Interior, Luis Alberto Heber, anunciara un plan para combatir los homicidios.