Se trata del primer censo en el sector, que apuntó a conocer la conformación de la industria, la situación económica de las empresas y su mirada a futuro.

Eduardo Félix, asesor técnico de Inavi y uno de los responsables del Censo, destacó que fue recabada la información de más de 60 establecimientos, lo que representa un 85% de la totalidad de las empresas vitivinícolas a nivel nacional.

“Las dos principales inquietudes que aparecen en las respuestas son la intención de no continuar con el proyecto por parte de nuevas generaciones y la baja rentabilidad”, destacó el profesional.

Respecto del recambio generacional, indicó que “tratándose de un sector con un fuerte componente de empresas familiares, el riesgo de que no haya intención de continuar con el negocio por parte de las generaciones siguientes es un problema importante”.

De acuerdo con el censo, el 26% de las empresas vitivinícolas uruguayas señaló que dejará la actividad, mientras que un 23% respondió que no sabe si continuará. Esta situación se da especialmente en las empresas de menor porte, indicó el experto.

Por otra parte, el 60% de las empresas señalaron que sus márgenes no son suficientes para crecer, “y eso tampoco motiva a las familias a permanecen en el negocio”, indicó.

Félix precisó que «la mayoría de los productores que están teniendo bajos márgenes, en general, son todos chicos, de baja escala», con viñedos de menos de cinco hectáreas. Además, se constató que en muchos casos hay escasa tecnología aplicada a los cultivos.

En ese sentido, el censo demostró que el sector toma pocos créditos; “eso en parte responde a problemas de información y en parte a la dificultad para acceder a mecanismos de financiamiento específicos”, adaptados a los ciclos de la vid, subrayó.