El primer registro de una palmera afectada por el picudo rojo, fue en el año 2022, se trató de un ejemplar de Phoenis Canariensis. Hoy la plaga está fuera de control, ya que se extendió a palmeras autóctonas como Butiá y Pindó. Andrés Vernengo, arborista, consultor del gobierno en el control del picudo rojo, dijo a informativo radial que “ya no es posible erradicar la plaga, sino mitigar el daño. Nadie estaba preparado para enfrentar algo así, el pasaje en poco tiempo a otras especies, se tendría que haber implementado un manejo integrado de la plaga a nivel nacional, llevar un registro de los focos y tomar acciones creando anillos, ya que esta plaga se reproduce muy rápido y su mueve muy rápido”.

Los especialistas ya conocían la capacidad del escarabajo de migrar de especie, pero no se esperaba que tan rápidamente fueran afectados los ejemplares autóctonos. “Los tratamientos curativos son poco eficientes, por eso es que recomendamos antes de ver síntomas, tomar medidas preventivas para un plan de aplicaciones a lo largo del año” agregó Vernengo. En la página del MGAP hay una lista de empresas que ofrecen el servicio tanto para la prevención como para la extracción de los ejemplares afectados. La extracción de cada ejemplar y su disposición final, ronda los 1.500 dólares y el tratamiento preventivo los 200, dependiendo siempre del tamaño de la palmera.

El picudo rojo no afecta otras especies de árboles, pero sí puede infectar cosechas, por ejemplo, la de caña de azúcar.