Jueves, 04 de Enero del 2024 - 10:49 hs. 270
Un hombre de 50 años residente en Paysandú es investigado por presuntos abusos contra su hijastra, y por mantener en cautiverio a los tres hijos de su compañera, a quienes privaba de alimentos e infligía daños corporales. Según informara periódico sanducero, la Justicia dispuso de momento medidas cautelares para el individuo.
De acuerdo con el citado medio, la situación de los menores había sido reportada por vecinos a través de la Línea Azul (0800 5050) del INAU. Sin embargo, la reacción del organismo habría resultado estéril.
“Nunca hicieron nada. Es más, vinieron una vez a la casa, les preguntaron si estaba todo bien y encima les dijeron que estaban ahí porque los vecinos los habían denunciado”, contó una testigo.
La situación salió finalmente a la luz esta semana, luego de que uno de los hijastros del hombre, de 12 años, buscara ayuda.
El informe refiere que el agresor había enviado al niño a hacer un mandado, apenas minutos después de propinar una brutal paliza a una de las niñas. Harto y desesperado, el pequeño aprovechó la salida para refugiarse en la casa de una tía, a la que dijo que no quería volver nunca más a su hogar.
Cuando la madre se enteró de la situación, envío a una de sus hijas —de 15 años— a buscar a su hermano, pero la menor se unió a este último y contó el infierno que vivía en su casa. La adolescente dijo que su padrastro abusaba sexualmente de ella y que todos los menores de la casa eran víctimas de diversas formas de violencia. Por ejemplo, relató que su padrastro los dejaba encerrados sin comida ni agua, a veces por varios días, situación que se repitió durante años. También relató que los niños eran azotados con mangueras y cadenas.
Tras escuchar el relato de los menores, sus tíos y una vecina radicaron denuncia policial. Los uniformados fueron al domicilio del acusado y lo arrestaron. El informe detalla que en ese momento, vecinos de la zona y otros familiares de los niños abuchearon al presunto abusador. Algunos de ellos insistieron en que en el barrio se sabía que los niños vivían situaciones de violencia, y que las denuncias al respecto habían sido infructuosas. Otros aseguraron no conocer lo que ocurría dentro de la vivienda, pero consideraron que la conducta de los menores fuera de esta era llamativa.
“Denuncié en la Línea Azul (0800 5050) del maltrato, no sabía del abuso sexual, pero sí que los tenían encerrados, siempre acostados, nos les daban de comer, les ponían la puerta con candado en el cuarto”, dijo una vecina en declaraciones recogidas por el citado periódico.
La mujer refirió que hace un par de años funcionarias del INAU se apersonaron en la finca, pero esta visita no derivó en acciones posteriores. “Dijeron que estaba todo bien y que en realidad habían ido porque los vecinos denunciaron, nunca más aparecieron para hacer un seguimiento siquiera. A raíz de esto hemos tenido problemas con ellos, entonces no insistimos con denuncias esperando que algún día alguno de ellos tres se animara a contar lo que les pasaba. Solo vinieron a advertirlos de la denuncia, en vez de investigar”, lamentó.
“Todo el barrio sabe cómo estaban los niños y que no les permitían ni salir de la casa, menos los ibas a ver solos. Si los veías sentados en la vereda era solo estando el padrastro al lado, que parecía los tenía controlados hasta con la mirada. Estaban ahí sin moverse, que un chiquilín juega, corre, anda en la vereda misma, pero ellos no. Sentaditos y pidiendo permiso hasta para ir al baño”, agregó.
Tras el arresto del hombre, el juez de Familia que intervino en el caso dispuso la prohibición de acercamiento y comunicación del hombre con los menores, así como la obligación de cumplir con una pensión alimenticia, todo ello por el plazo de 180 días, mientras se continúa con las acciones por la vía penal.
Tras el fallo, los menores regresaron a la casa junto a su progenitora y el hombre quedó libre, algo que también causó sorpresa en el vecindario.
“Pensamos también que la madre iba a quedar detenida o algo, porque ella vive ahí, por ende, no puede decir que no sabía lo que pasaba. Esperemos que los niños esta vez sí puedan ser atendidos por profesionales y puedan sanar. Lo que parece una locura es que el hombre esté libre, solo con prohibición de acercamiento, que sabemos que puede violar en cualquier momento porque los niños hablaron y el miedo que tienen a que él se aparezca y pase algo más grande es tremendo. La verdad es muy triste todo lo que han pasado estos nenes. Pero por suerte se llenaron de valor y hablaron. Confío en que con acompañamiento de sicólogos puedan animarse a contar más”, añadió la testigo.
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