Matthew Perry, el inolvidable Chandler Bing de la serie Friends, murió de manera inesperada el pasado 28 de octubre tras aparentemente ahogarse en el jacuzzi de su casa. La pérdida del actor supuso un auténtico terremoto emocional entre sus familiares, compañeros (entre ellos, su gran amiga Jennifer Aniston) y millones de seguidores en todo el mundo; que no terminan de aceptar que el carismático intérprete falleciese con solo 54 años.

Precisamente, Jennifer Aniston, parece llevarlo incluso peor de lo esperado, según algunos medios estadounidenses. La actriz, que trabajó junto a Perry durante más de dos décadas en Friends, fue vista por última vez el pasado viernes 3 de noviembre en el funeral del actor y, según los presentes, estaba sumida en una profunda tristeza.

Tal y como informa Page Six, el sitio especializado en celebrities, la actriz estaría completamente desolada desde la pérdida de su compañero y gran amigo.

Según la fuente consultada por el citado portal, tanto la actriz como Courteney Cox (Mónica Geller en la serie) serían las dos que peor lo estarían llevando en estos momentos. "Jen es, probablemente, a la que más le está costando", añaden.

El motivo es que la pérdida de Mathew Perry supone la segunda muerte de un ser muy querido en menos de un año para la actriz, cuyo padre, John Aniston, fallecía en noviembre de 2022.

Sin haberse recompuesto del duelo por el fallecimiento del veterano protagonista de Los días de nuestra vida, habría tenido que sumar la pérdida de su gran amigo, hundiéndose todavía más.

Preocupados por Jen

El estado anímico de Jennifer Aniston fue motivo de preocupación tanto para sus compañeros como para los más allegados a la actriz el día del funeral de Perry, pues aparentemente ella afirmó que trataba de recuperarse, pero no podía. "Ha sido un golpe devastador, está destrozada", señala la fuente.

Aniston consiguió guardar las formas durante el funeral, pero ya hace años demostró lo mucho que quería a Matthew Perry y lo poco que quería pensar en la posibilidad de perderle en su vida.

En 2004, incluso llegó al punto de llorar en una entrevista cuando le preguntaron al respecto.

Entre Mathew Perry y Jennifer Aniston existía una relación muy especial, con el actor incluso confirmando que su compañera era una de las que más se preocupaba por él con el paso de los años.

La actriz se unió a sus compañeros en el sentido comunicado que compartieron tras la muerte del intérprete, su "hermano", con el que compartieron años de trabajo, risas, confidencias y mucho amor.

Fuente: La Vanguardia