Domingo, 08 de Octubre del 2023 - 14:00 hs. 286
El ataque contra Israel llevado a cabo a primeras horas de esta sábado por el grupo Hamás y otras milicias palestinas extremistas ha generado una condena general en América encabezada por EE.UU., el principal aliado de Tel Aviv, a la par que un llamamiento al diálogo para evitar una peligrosa escalada de la violencia en Oriente Medio.
El sorpresivo ataque llevado a cabo por el grupo islamista radical Hamás desde la Franja de Gaza contra Israel y la respuesta militar ordenada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, que declaró el “estado de guerra”, han dejado un balance provisional de más de 500 muertos (más de 300 en Israel y al menos 232 en territorio palestino).
La reacción más contundente fue la expresada por el presidente Joe Biden, quien inmediatamente después de la agresión llamó a Netanyahu para condenar los ataques terroristas a Israel, ofrecerle medidas de apoyo y lanzar una advertencia a los enemigos de ese país. Además, el mandatario estadounidense enfatizó que su país “nunca dejará de respaldar a Israel”.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, manifestó solidaridad con Israel y agregó «condenamos firmemente el ataque de Hamas y llamamos al cese inmediato de la violencia contra el pueblo israelí. Una vez más condenamos las acciones terroristas en donde se lleven adelante».
Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su «rechazo» a los «ataques terroristas» en Israel e hizo un llamado a la comunidad internacional para que trabaje en pro de las negociaciones de paz entre las partes.
Brasil convoca al Consejo de Seguridad de la ONU
Brasil, que ejerce la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, anunció este sábado que convocará una «reunión de emergencia» del órgano ante la grave escalada de violencia en Israel y los Territorios Palestinos.
La reunión del máximo organismo de decisiones de la ONU tendrá lugar el domingo en una sesión a puerta cerrada en la que sus quince integrantes abordarán «la situación en Oriente Medio, incluyendo la cuestión palestina».
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, manifestó su preocupación por la población civil en la escalada del conflicto palestino-israelí y pidió «todos los esfuerzos diplomáticos para evitar una conflagración mayor».
En tanto, el Congreso Mundial Judío (CMJ) condenó lo que describió como un «atroz asalto terrorista contra el Estado de Israel» y expresó el apoyo al país por parte de «toda la diáspora judía», que esta organización internacional representa en más de 100 países.
La ciudad de Nueva York, que acoge la mayor comunidad judía del mundo fuera de Israel, ha extremado la seguridad cerca de sinagogas y áreas de población judía aunque las autoridades han recalcado que «no hay una amenaza creíble» en la gran urbe.
El refuerzo de las medidas de seguridad también se ha hecho evidente en Argentina, donde el Gobierno de Alberto Fernández dispuso la «alerta general» para las instituciones de la comunidad judía y las fronteras del país suramericano después del ataque múltiple perpetrado por Hamás contra Israel.
En Argentina residen entre 300.000 y 400.000 judíos, lo que supone la comunidad más numerosa en Latinoamérica y quinta del mundo, según cifras facilitadas a EFE por el Congreso Judío Latinoamericano.
El país suramericano guarda en su memoria los dos graves atentados sufridos en la década de 1990 contra intereses judíos: el ataque a la Embajada de Israel en 1992, que dejó 29 muertos, y el perpetrado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que en 1994 mató a 85 personas y causó más de 300 heridos.
Condena general al ataque de Hamás
A lo largo de los últimos años, América Latina se ha dividido a la hora de mostrar su apoyo o rechazo a las partes en el conflicto palestino-israelí. Tradicionalmente, esto ha dependido del color político del Gobierno de turno.
Sin embargo, en esta ocasión, la magnitud y gravedad de los acontecimientos ha provocado una respuesta generalizada de condena, salvo un par de casos aislados.
Así, mientras Lula da Silva, enfatizaba que «Brasil no escatimará esfuerzos para evitar la escalada del conflicto, incluso en el ejercicio de la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU», Argentina dijo que «condena» y «deplora» el ataque múltiple de Hamás contra Israel.
Desde Bogotá, el Gobierno de Gustavo Petro condenó «con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles» en Israel. El mandatario colombiano, además, hizo un llamado a «un dialogo de paz donde se reconozca de manera integral el Estado Palestino».
El Gobierno de Chile -donde reside la mayor comunidad de origen palestino fuera de Oriente Medio- también manifestó su «absoluta condena» "a los ataques este sábado contra una serie de pueblos y ciudades de Israel y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, y su solidaridad con el pueblo de Israel”.
En línea con lo expresado por otras Cancillerías de la región, el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno hizo “un llamado al cese de esta violencia inconducente, a fin de evitar una escalada que provoque mayores daños y sufrimientos a la población civil».
En diciembre pasado, un discurso pronunciado por el presidente Gabriel Boric ante un auditorio palestino en el que habló de “una comunidad que está sufriendo una ocupación ilegal, que está resistiendo y que está viendo violado sus derechos y su dignidad todos los días” generó el rechazo de sectores chileno-israelíes.
También el Gobierno de México condenó «los ataques sufridos por el pueblo de Israel» por parte del grupo islamista Hamás desde Gaza y exigió “el cese de la violencia inconducente”.
Y desde Asunción, el presidente Santiago Peña se refirió a los «cobardes ataques terroristas» en contra de Israel. «Todo nuestro apoyo a la hermana nación de Israel ante los cobardes ataques terroristas que ha sufrido”, expresó el mandatario paraguayo.
Igual de firme fue la reacción del Ejecutivo panameño. “Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo Israelí en estos momentos difíciles. Panamá condena firmemente los recientes ataques en contra del pueblo de Israel”, manifestó el presidente Laurentino Cortizo.
Por el contrario, el Gobierno de Venezuela abogó por una «negociación genuina» entre Israel y Palestina para poner fin a la violencia en la Franja de Gaza y dijo que esta «escalada es el resultado de la imposibilidad del pueblo palestino de encontrar en la legalidad internacional multilateral un espacio para hacer valer sus derechos históricos», en un comunicado oficial en el que no condenó los ataques de Hamás.
Venezuela es un fuerte aliado de Palestina, especialmente desde 2009, cuando se convirtió en el primer país de América en reconocerlo como Estado.
En la misma vía, el Ejecutivo de Nicaragua, presidido por el sandinista Daniel Ortega, se declaró «siempre solidario con la causa palestina» y condenó el «agravamiento» del «terrible» conflicto palestino-israelí.
En un comunicado, titulado «Basta ya de víctimas y dolor», sin hacer tampoco mención a las acciones de Hamás, aseguró que condena «enérgicamente, como siempre, esta trágica, dramática situación que empeora continuamente, frente a la soberbia, la ceguera, incomprensión e inacción de la comunidad internacional y particularmente de las Naciones Unidas».
Asimismo, el Gobierno cubano expresó su «grave preocupación» ante la nueva escalada de violencia entre Israel y Palestina y la Cancillería de la isla señaló que el conflicto es «consecuencia de 75 años de permanente violación de los derechos inalienables del pueblo palestino y de la política agresiva y expansionista de Israel».
Reacción salomónica de Bolivia
Más salomónica fue la reacción de Bolivia, cuyo Gobierno expresó su «profunda preocupación» por los «eventos violentos» ocurridos en la Franja de Gaza entre Israel y Palestina, y criticó la «inacción» de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad ante estos acontecimientos, en contraste con el Gobierno de Perú, que “condenó enérgicamente los ataques terroristas perpetrados por el grupo Hamás contra el Estado de Israel” y se solidarizó con «el pueblo israelí, las víctimas y sus familiares».
Y mientras el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, manifestaba sus «condolencias» y «apoyo» a Israel ante los ataques «sin justificación» en su contra, orquestados por el movimiento islamista Hamás, su homólogo dominicano, Luis Abinader, hacía lo propio y advertía que “esta escalada de violencia impide las soluciones de paz que deseamos todos”.
Asimismo, las Cancillerías de Uruguay y Costa Rica emitieron sendos comunicados de condena. Uruguay «deplora con la mayor firmeza las acciones terroristas en curso contra Israel y su población» y «expresa su solidaridad con el Estado de Israel y las víctimas de estos ataques», dijeron desde Montevideo, mientras que en San José, además, exigieron “la inmediata liberación de rehenes».
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