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InfoMagazine Cine
Que comiencen los juegos
Con tres horas de drama épico también tenemos el estreno de "Oppenheimer".
La película sobre el "padre" de la bomba atómica es de una realización impecable. Y tiene un elenco igualmente impresionante.
Jueves, 20 de Julio del 2023 - 12:17 hs.             452
Con tres horas de drama épico también tenemos el estreno de


La película no tiene la “espectacularidad” de sus otras producciones, pero tampoco es tan compleja o laberíntica como Interestelar o Tenet, su filme anterior.

¿Cómo reconocer una película de Nolan? Es de los escasos realizadores que construye sus historias tanto desde la imagen como desde el sonido y la música. Como Steven Spielberg con John Williams, Nolan tiene al sueco Ludwig Göransson (Tenet, las dos Pantera Negra, The Mandalorian) apuntando, resaltando mancomunándose en los efectos sonoros de la música, sea con la estridencia de sus violines o acompañando el pulso de la narración.

Partamos de una base. Ante todo, Nolan tituló a su película Oppenheimer, no La bomba atómica. En las tres horas -que se pasan volando- cuenta momentos de la vida del físico J. Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) en tres períodos que los irá yuxtaponiendo.

Hombres con ciencia y conciencia

Uno de los temas centrales de Oppenheimer es si los científicos son responsables o no, y en su íntima conciencia, del uso que los políticos puedan hacer de sus invenciones. Cuando el presidente Harry Truman (Gary Oldman, casi irreconocible), en su despacho oval con un retrato colgado del General San Martín -se lo ve en dos tomas- reciba a Oppenheimer tras el bombardeo atómico a Hiroshima y Nagasaki, será claro. “No importa quién inventó la bomba atómica, sino quién la lanzó”.

Oppenheimer era un joven de una rica familia judía propenso a la depresión, con afinidad con las ideas de izquierda y el comunismo, partido al que jamás se afilió. Sí estuvo rodeado de comunistas: su hermano Frank y su cuñada; su esposa Kitty (Emily Blunt) había estado afiliada, y ya en el Instituto donde comienza a enseñar física cuántica quiere sindicalizar a los profesores.

Esa simpatía por el comunismo le traerá dolores de cabeza, a pesar de haber sido considerado un héroe estadounidense y en buena parte él mismo logrado el final de la Segunda Guerra Mundial con su invención de la bomba atómica.


Decíamos que Nolan yuxtapone tres períodos. Uno es el central, el que sigue a Oppenheimer al frente del Proyecto Manhattan, nombrado por el militar Leslie Groves (Matt Damon), y cómo va creando la bomba en Los Alamos junto a una comunidad científica que vivió en un laboratorio secreto y una ciudad construida en medio de la nada, durante casi tres años en la carrera contra los nazis.

Otra es posterior a la bomba, cuando el físico ya advierte que la carrera armamentista ponía en peligro a la humanidad, se opone al arma termonuclear (la bomba de hidrógeno) y es llevado ante una comisión por cargos de espionaje.


La tercera tiene a Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), el hombre que lo resiente, el que lo puso tras la Segunda Guerra a dirigir un Instituto (“Ser genio no significa ser sabio. ¿Cómo pudo ser tan ciego?”, se pregunta), en su entrevista con parte del Senado de los EE.UU., ya que desea formar parte del gabinete del presidente Eisenhower.

Lo que ha hecho Nolan, siempre a gran escala, es una suerte de estudio de personajes -cómo le cuestan los femeninos-. Por ejemplo, captura al protagonista leyendo a T.S. Eliot, escuchando a Stravinsky, maravillándose con un Picasso y aprendiendo sánscrito.

Oppenheimer es un drama, histórico y hasta épico, contado con el manierismo habitual de su realizador, que incluye imágenes notables, sean inserts de partículas de átomo o lo que fuera.

No adelantemos nada de las pruebas y la explosión de la bomba: ya verán qué elige mostrar y qué prefiere que no.

Pero volvamos sobre lo que decíamos al inicio: la película lleva el nombre del protagonista en su título, con una interpretación excepcional de Cillian Murphy, a quien, como en Peaky Blinders, costará verlo sonreír.

El elenco es mayúsculo y, como decíamos, Nolan sabe sacarle mejor provecho a los personajes masculinos que a los femeninos (Florence Pugh como la amante comunista Jean Tatlock, parece que recitara en vez de vivir sus líneas de diálogo). A los nombrados sumen a Kenneth Branagh, Matthew Modine, Josh Hartnett, Rami Malek, Casey Affleck, Alden Ehrenreich, Jason Clarke (excelente como el abogado que acusa a Oppenheimer), Tony Goldwyn, Macon Blair, Benny Safdie y hasta Tom Conti como Einstein.


De ritmo implacable, que hace que no se noten las tres horas que dura, Oppenheimer es un espécimen raro del Hollywood actual, el que seguramente le llenará de candidaturas al Oscar.

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