Viernes, 18 de Noviembre del 2022 - 11:48 hs. 230
Las figuras de Juan Domingo Perón y de Diego Maradona en la previa del Mundial. Rock nacional en vivo, cumbia, y Live is Life. Papelitos plateados en el aire, fuegos artificiales y la conducción de dos influencers K. La Cámpora usó, esta noche, en el Estadio Único de La Plata, todos los condimentos posibles para levantar el espíritu del público.
Con la diferencia de que la figura principal, esta vez, no era un cantante, o una banda, sino la jefa de su espacio político. “Toca Cristina”, decían algunos militantes, ayer por la tarde. Y así fue. Durante una hora, como única oradora frente a un atril, Cristina Kirchner “cantó” un extenso discurso, donde jugó con los tonos, entre el enojo y la emoción, y repartió una serie de mensajes cifrados y ambiguos destinados, principalmente, a la dirigencia propia.
No definió, como esperaban los seguidores más ilusionados, si será candidata a la presidencia el año que viene. Pero dejó en claro que planea jugar en 2023, desde un rol aún no develado. Como mínimo, planea ser la principal armadora. Y de máxima, pelear por el premio mayor, el sillón de Rivadavia. “Fue, definitivamente, un lanzamiento presidencial”, dijo un esperanzado importante dirigente kirchnerista mientras se dirigía a la salida, al final de la efusiva ceremonia por el Día de la Militancia. “Hoy es ridículo hablar de eso. Creo que ni ella debe saberlo”, contrapuso, minutos después, un referente de peso, alineado con el albertismo, cuando se abría paso entre la transpirada militancia que dejaba el lugar.
Más allá de las interpretaciones, Cristina Kirchner se mostró feliz ante la recepción que había armado su hijo, Máximo, uno de las figuras preeminentes de la jornada, junto a los soldados de su espacio que se especializan en comunicación y eventos, y que probablemente estén a cargo de la campaña K el año que viene. “Dios mío, también los extrañaba a ustedes”, les dijo, visiblemente conmovida, a los -aproximadamente- 40 mil presentes. Fue su primera reacción ante la repetición del verso “Cristina Presidenta”, que desde hace semanas es moneda corriente en los actos políticos de su fuerza y que ayer fue repetido hasta el cansancio.
En ningún momento los desalentó, pero les pidió paciencia: “Como decía el general, todo en su medida y armoniosamente”, lanzó, con una sugerente media sonrisa. Aunque más adelante despistó: “Cuando permitieron su retorno al país, Perón no quería ser presidente. El mundo estaba demasiado convulsionado. Lo trajimos demasiado tarde”.