Continuando en la misma línea, es importante recordar que las letras se distinguen en consonantes y vocales, estas últimas son las que llevan la tilde en la escritura de la lengua, mientras que en la lengua hablada se verá reflejada en la pronunciación de la misma. Así como cada letra, las palabras también se distinguen entre ellas, he aquí el secreto de los acentos.
- Palabras agudas (se acentúan en la última sílaba): llevan tilde cuando terminan en n, s o vocal. Ejemplos: a-de-más, can-ción, ca-fé, pa-red.
- Palabras graves (se acentúan en la penúltima sílaba): llevan tilde cuando no terminan en n, s o vocal. Ejemplos: ár-bol, lá-piz, már-tir, ro-da-ja.
- Palabras esdrújulas (se acentúan en la antepenúltima sílaba): llevan tilde siempre. Ejemplos: es-drú-ju-la, mú-si-ca, sí-la-ba.
- Palabras sobreesdrújulas (se acentúan en la sílaba anterior a la antepenúltima): llevan tilde siempre. Ejemplos: re-pí-ta-me-lo, dí-gan-se-lo.
Es preciso tener en cuenta, que el sentido de una palabra puede ser modificado según la sílaba que se acentúe. Asimismo, la colocación correcta de la tilde permite distinguir funciones y significados en casos de duda o ambigüedad.
Como dato interesante, una mención especial a la maravillosa tilde diacrítica, su función es distinguir palabras con idéntica escritura, pero, que tienen diferente significado y pertenecen a categorías gramaticales distintas. Por regla general, los monosílabos (palabras de una sola sílaba) deben tildarse, así como también los demostrativos “este”, “ese” y “aquel” ,cuando funcionan como pronombres.
Gracias a la sorprendente programación en la tecnología, actualmente, podemos recurrir a un dispositivo, el cual corregirá nuestra escritura, empero, es muy enriquecedor para nuestro intelecto recordar estas pequeñas reglas, así como actualizarnos constantemente, ya que la RAE moderniza sus reglas ortográficas casi tan rápido como se moderniza la humanidad.