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Massimiliano PuigvertSábado, 25 de Marzo del 2023 - 20:44 hs. 392
Lionel Messi y Kylian Mbappé
Asistimos al inevitable ocaso de una generación de deportistas que rompieron todos los récords posibles. El primero en retirarse fue Roger Federer y todavía se siente su ausencia. Tom Brady dijo basta por segunda vez y parece un adiós definitivo. Serena Williams amagó con volver, pero nos dejó con la ilusión. Ya se siente en el ambiente el adiós venidero de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Rafa Nadal, Novak Djokovic, Alex Morgan, Tiger Woods, Lebron James, Lewis Hamilton, entre otros.
Podríamos llenar muchas páginas con sus logros. Casi todos pasan los 20 años de carrera en el alto rendimiento y eso no se había visto nunca. En parte, aprovecharon los avances de la medicina deportiva, los beneficios de una nutrición balanceada y la tecnología de seguimiento del estado físico para prevenir lesiones. Pero además son, sin duda, la generación de deportistas más entregada a su trabajo con disciplina, pocos escándalos y una dedicación exclusiva a su oficio difícil de explicar. Esa constancia se nutrió del hambre de gloria infinita que los invadió siempre. A veces creo que en vez de alegría sienten alivio cuando consiguen un gran resultado y eso raya con excesos no tan positivos; claro está el ejemplo de la carrera de Lionel Messi y su presión eterna con la selección argentina, que se descomprimió el 18 de diciembre pasado.
La nueva generación de referentes en los deportes llegó tarde, porque sus antecesores están abandonando tarde su actividad. No es para menos, porque mientras sean competitivos y se encuentren bien físicamente, su experiencia marcará la diferencia a su favor con respecto a los jóvenes al definir. Con toda esa presión, Max Verstappen ya se proclamó rey de la Fórmula Uno, Carlos Alcaraz pisa fuerte en el tenis y una generación de tenistas se la van a poner difícil. Mientras que Kylian Mbappé y Erling Halland, aunque carecen del carisma y la calidez que transmiten Messi y Ronaldo, son los herederos naturales del reinado del fútbol.
Pero a casi todos ellos, de pronto con excepción de Mbappé, Haaland, Alcaraz o Verstappen, no solamente no les va a alcanzar el tiempo para romper los récords más importantes de sus antecesores, sino que no parecen interesados en hacerlo. Ellos son la primera generación nativa digital de deportistas de la historia. Las redes sociales se convirtieron en una oportunidad para ampliar sus intereses.
Lo que se conocía como desenfocarse de su objetivo ahora es una realidad que consiste en disfrutar la vida desde todos los ángulos posibles. El mundo está mucho más abierto a distracciones que antes. Además los implacables juicios emitidos por todólogos en las redes, terminan por desanimar y generar crisis mentales entendibles en los deportistas de élite. Si antes tenían que lidiar con unos pocos periodistas que emitían juicios en algunos casos ofensivos, los de ahora tienen que enfrentarse además, con millones de seguidores y odiadores capaces de escribir lo que se les da la gana, y esto va taladrando la mentalidad que se requiere para triunfar.
Los mejores de la nueva generación son muy buenos, pero por primera vez en la historia será muy difícil que sean los GOAT de sus deportes; y no por falta de capacidad. Simplemente el mundo cambió.
Massimiliano Puigvert Portillo
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