Viernes, 10 de Marzo del 2023 - 11:25 hs. 292
El 8 de marzo de 2023, Día Internacional de la Mujer, miles de mujeres se unieron en Montevideo, Uruguay, para protestar por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. La marcha fue liderada por la Intersocial Feminista y se unieron otros colectivos, como el colectivo de mujeres que profesan religiones de matriz afro, que se unió por primera vez a la movilización. El clima en la Plaza Libertad fue de una fiesta en preparación con mujeres escribiendo carteles, pintando caras de niñas pequeñas, practicando danzas en círculo y conversando.
Sin embargo, la imagen que cortó en seco este clima de fraternidad fueron las policías rodeando la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal de Apelaciones para evitar vandalismos. Lo mismo sucedió en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, con 26 efectivos policiales que se posicionaron en barrera en la puerta de la parroquia para evitar un ataque similar al del 2018, cuando activistas le tiraron bombas de pintura.
A pesar de esto, la edición del 8M de 2023 se alejó de la radicalización. El clima fue más bien el de una furia canalizada en aplausos, cantos y el tradicional grito indígena con la mano en la boca. Las mujeres avanzaron repletas de carteles en el aire, algunos de ellos decían: “De grande quiero ser prostituta, dijo nadie nunca”, “No hay trata sin clientes”, “Mi short no es demasiado corto, tu educación sí”, “¿A qué mujer de tu vida tienen que matar para que te preocupe?”.
La marcha liderada por la Intersocial Feminista y la que organizan los colectivos agrupados en Tejido Feminista se unieron en Ejido y 18 de julio. Al unirse, la cuerda de tambores se oyó a todo volumen y las mujeres danzaron candombe con miradas de complicidad. Los cánticos se redoblaron: “No, no están perdidas, las desaparecen para ser prostituidas”. A la par de los gritos de protesta se alzaron en el aire los rostros, en blanco y negro, de las mujeres asesinadas. “Ni una menos”. Quienes los sostenían miraban fijo hacia adelante sin la más mínima sonrisa.
En el final del recorrido, frente a la Universidad de la República, las manifestantes hicieron el clásico “pañuelazo”. Esta vez, el pañuelo fue verde, símbolo de la lucha por la legalización del aborto. El colectivo de mujeres que profesan religiones de matriz afro se unió en este momento y se mostraron felices de ser parte de la lucha.