Jueves, 02 de Marzo del 2023 - 08:00 hs. 307
Es "un facilitador para que las personas vivan una vida decente", resumió Jan-Emmanuel De Neve, profesor de economía y ciencias del comportamiento en la Universidad de Oxford.
Pero, según investigaciones, hace menos diferencia en términos de felicidad cuanto más rico te vuelves.
La relación entre mayores ingresos y más felicidad es 'logarítmica', explicó De Neve.
Resulta que si tus ingresos anuales se duplican, por ejemplo, de US$20.000 a US$40.000 te pondrás feliz.
Hasta ahí, no hay lugar para el asombro.
Pero si quisieras volver a experimentar el mismo nivel de incremento en tu felicidad y bienestar, otro aumento de US$20.000 no sería suficiente. Te complacerá, pero no tanto.
Para volver a sentir la misma recompensa emocional, tendrías que duplicar tus ingresos nuevamente, de manera que si US$40.000 te hicieron feliz, para experimentar de nuevo ese mismo grado de felicidad necesitarás doblar tus ingresos a US$80.000, y luego, otra vez, a US$160.000, y así.
La investigación ha demostrado que podrías perder el tiempo tratando de duplicar constantemente tu salario, al menos por encima de un límite.
No muchos alcanzan ese nivel de ingresos, pero aquellas que lo logran llegan a lo que el profesor De Neve llama "una meseta" por encima de la cual "ya no detectarán una relación estadísticamente significativa entre más dinero y más satisfacción con la vida".
Otra peculiaridad psicológica interesante sobre el dinero es que odiamos perder dinero más que lo que amamos ganarlo.
Si bien cuando ganamos más dinero se cumple la fórmula de rendimientos emocionales decrecientes, ocurre lo contrario cuando perdemos dinero.
La aversión a las pérdidas, como se la conoce en la economía del comportamiento, se ha medido en varios estudios.
Según la investigación, dijo De Neve, "el bienestar es dos veces más sensible a la pérdida de ingresos o de poder adquisitivo comparado a una ganancia equivalente".
Fuente: BBC Mundo
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