Domingo, 26 de Febrero del 2023 - 16:58 hs. 797
Mina Bonino y su segundo embarazo
Afortunadamente “el bebé está bien. Es un
embarazo que se tiene que controlar más, pero de a poco empezando a disfrutar y
a valorar todo porque durante este tiempo lo único que hice fue leer y leer
todo de genética y te das cuenta que tener un hijo sano es la bendición más
grande que puedes tener porque realmente la genética es un mundo”, dice Mina
Bonino en una publicación de hace dos semanas.
La periodista argentina, también publicó la
primera imagen de su segundo embarazo después de que naciese su primer hijo,
Benicio Valverde, quien ya espera deseoso a su hermano, el cual tiene 21
semanas, y que llegará muy pronto teniendo en cuenta que un embarazo dura entre
37 y 42 semanas.
Bonino ha querido responder las preguntas
de sus seguidores, siendo muchas de ellas referidas a este embarazo, del que
pensaban que habían perdido al bebé: “Después de haber llorado un mes entero,
de haber hecho un duelo, mientras tenía en la panza a mi segundo hijo, ayer nos
llegó la noticia menos pensada: el bebé está bien”.
Y, en otra pregunta, ha pasado a contar en
detalle que es lo que ocurrió durante su embarazo: “A la semana 13 de gestación
me hice un ADN fetal para saber el sexo del bebé, porque las ecografías y el
screening había dado muy bien entonces en ese sentido me quedé tranquila”.
Mina Bonino comparte su embarazo en las redes sociales.
Un ADN fetal incompatible con la vida
Los médicos le sorprendieron con que el ADN
fetal no era compatible con la vida: “Para sorpresa mía y de todos los médicos
el ADN fetal arrojó una trisomía incompatible con la vida. Casi no hay casos
clínicos de la trisomía 3, por eso pensaron que se trataba de un error, ya que
al ser tan incompatible suelen abortarse espontáneamente antes de la octava
semana. Volví a repetirlo y otra vez volvió a salir lo mismo. El ADN fetal
tiene un 99% de eficacia. En casos muy puntuales suele haber un ‘falso
positivo’ o un mínimo margen de error”.
Le hicieron estudios sobre su líquido amniótico
y que en tres semanas se conocieron los resultados, tiempo de nervios y estrés
para toda la familia.
Fueron tres las semanas que tenían que
esperar hasta conocer los resultados, tres semanas que pasaron a ser una
pesadilla: “Fueron tres semanas donde hicimos un duelo, donde día a día íbamos
perdiendo más las esperanzas porque sabíamos que era totalmente inviable. Había
una posibilidad de un mosaicismo (que algunas células tuviesen tres cromosomas
y no todas) pero, aun así, el pronóstico era malo porque es un cromosoma que
contiene mucha información. Y había otra posibilidad que era lo que me mantenía
con fuerza, que podía ser que la trisomía la tuviese la placenta y de esa única
forma el feto podría ser cromosómicamente normal”.
Al final, todo salió bien, y es que “el
bebé estaba bien, el cariotipo era normal”: “Todo estaba perfecto, la placenta
había hecho como una especie de depuración para que el feto estuviese bien y se
quedó con ese cromosoma de más”.
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