El nuevo "oro blanco"

Considerado por los especialistas como el “oro blanco” o el “oro del siglo XXI”, el litio aparece hoy como una esperanzadora alternativa para reemplazar a los combustibles contaminantes, y alimenta los sueños de prosperidad de un tridente de países en cuyos territorios se asientan las mayores reservas mundiales de este mineral. Argentina, Bolivia y Chile, en la puna andina se encuentran los salares de estos tres países concentran el 85% de las reservas de litio de fácil extracción del planeta. Sus cuencas salinas son también fuentes de potasio, boro, magnesio, además de sulfatos, carbonatos y cloruros de sodio, entre otras sales de interés económico.

El litio, el metal más liviano de la Tabla Periódica, fue descubierto en 1817. Más de 200 años después logró transformarse en protagonista excluyente de la actual revolución tecnológica a partir de su utilidad para el desarrollo de baterías para dispositivos móviles como celulares, tablets y laptops. Mineral clave en la fabricación de sistemas de almacenamiento de energía más eficientes, limpios y ligeros, dio un impulso vital a la aparición de vehículos híbridos y eléctricos. Ya no se trata del futuro; es el presente.

Entre cálculos y proyectos, el futuro del oro blanco parece no encontrar su techo. Según estimaciones de distintos especialistas, se calcula que para el año 2024, la capacidad extractiva a nivel local podría alcanzar casi las 280 mil toneladas anuales. La demanda es impulsada no sólo por el fuerte incremento en la fabricación de baterías de la mano de las grandes automotrices, sino por su utilidad en la industria cerámica, del vidrio, en la elaboración de grasas y aceites resistentes al calor, polímeros, elaboración de medicamentos, en aleaciones livianas junto aluminio y cobre -especialmente para la industria aeronáutica-. Además, es valorado como combustible nuclear en reactores de fusión nuclear (fusión de núcleos livianos), tecnología que aún está en desarrollo.

Se trata de datos alentadores, especialmente a la luz de la evolución del valor del litio en los mercados internacionales. Hace 15 años el precio por tonelada rondaba los US$ 1.500. Entre 2021 y 2022, el rango de precios osciló entre los US$ 15.000 y US$ 25.000 por tonelada.

De todos modos, no todas son buenas noticias, el oro blanco trae grandes desafíos y disputas para los países de la región. La gran disputa comercial de las potencias mundiales por el metal ya tiene algunos años, disputa que encabeza China con ventaja sobre los Estados Unidos y los países de la comunidad europea que lo siguen detrás. Chile a través de empresas privadas envía casi el 100% de su producción exclusivamente a China, mientras que Argentina se divide entre Estados Unidos, China y Alemania (hace unos días el presidente Alberto Fernández recibió la visita del primer mandatario alemán). Mientras que Bolivia aún no logra extraer números significativos debido a que apuestan a una extracción de litio con empresas netamente públicas, lo cual al momento no lo hacen de la manera más eficaz.

Los países americanos enfrentan grandes desafíos como lo es aggiornar la legislación minera actual sobre la extracción del litio, legislación que se encuentra en pleno desarrollo y con gran intervención de parte del lobby internacional. Algunos economistas optimistas opinan que esta oportunidad podría convertir los países del triángulo del litio en el nuevo Qatar y provocar el mismo efecto que tuvo el petróleo en los países árabes.

Momento bisagra donde los países del triángulo de litio podrán o no saber aprovechar. Como también lo pueden hacer otros países de la región como lo es Uruguay.

¿Uruguay puede beneficiarse del litio ubicado en los otros países latinoamericanos? Respondiendo livianamente podríamos decir que no, que es algo ajeno a nuestro país, sin embargo, economistas comienzan a opinar distinto a ello, dando como respuesta que, si Uruguay sabe aprovechar el beneficio de los países vecinos, podrá sacar tajada de ello.

¿En que consiste el beneficio del litio en Latinoamérica para Uruguay?

Uruguay puede involucrarse y aprovecharse del litio o por el contrario verlo como algo ajeno y lejano.

El país oriental ofrece un alto confort para vivir, con un clima agradable durante todo el año, ostenta desde hace años una fuerte estabilidad política y social, respaldada de una democracia consolidada que hacen del país un lugar seguro para invertir, además de tener la moneda más fuerte de Latinoamérica actualmente. 

Una economía estable con leyes fiscales que benefician las inversiones extranjeras hace que pueda aprovecharse de la oportunidad.

Principalmente dependerá de empresas privadas el poder participar activamente en el boom del litio, sea a través de la venta de servicios, o insumos, o creación de la industria especializada, pero también es muy importante que el estado uruguayo impulse políticas legislativas para atraer empresas extranjeras para instalarse en el país o ver la manera de vincularse a esta nueva revolución económica que se gestiona en un lugar cercano a nuestro país.

Dr. Francisco Merino Roig.