Fue el Mundial de la renuncia de las selecciones europeas más potentes por motivos políticos, el Mundial post Segunda Guerra Mundial, el Mundial de Ghiggia, Schiaffino y Varela, el Mundial de Maracaná con casi 200.000 personas en sus gradas el día de la final... el Mundial del Maracanazo.
Los brasileños eran los favoritos, por su localía y principalmente por su juego.
En la primera parte el portero uruguayo Roque Gastón Máspoli contuvo las múltiples llegadas brasileñas, y el partido llegó sin goles al descanso.
Friaça en el minuto 2 tras el descanso puso el 1-0 en el marcador.
Brasil era campeona del mundo. Fue tal la celebración por parte de la torcida brasileña que Obdulio Varela decidió protestar el gol para enfriar el partido y no verse goleado.
Su estrategia dio resultado. Uruguay se metió en el partido. Schiaffino puso el 1-1, un resultado que todavía le daba el Mundial a Brasil, aun así fueron a por más sin saber que a falta de 11 minutos llegaría un gol que les perseguirá toda la vida, el de Ghiggia, el del Mundial de 1950, el del Maracanazo.