Desde el 1° de enero no se podrá fumar en los parques y playas públicas de Miami Beach, Florida, en Estados Unidos, por decisión del gobernador Ron DeSantis.
La medida, que había sido anunciada a mediados de año, pero que entrará en vigor desde el próximo domingo, tiene como motivación la contaminación que producen los filtros que traen muchos productos hechos con tabaco.
Las colillas son “de lejos” el elemento más contaminante de las playas, parques y corrientes de agua, dijo el fiscal municipal en un documento citado por el Miami Herald.
Esto es consecuencia de lo difíciles que son de limpiar estos productos llenos de químicos tóxicos y microplásticos.
Así, los únicos productos exentos de la prohibición son los cigarros o cigarrillos que no tengan filtro.
No cumplir la norma podría acarrear multas de entre US$100 y US$500 (dependiendo de la reincidencia) o hasta 60 días de prisión.
Según la Organización Mundial de la Salud, “las colillas de cigarrillos son el elemento más desechado en todo el mundo, y representan aproximadamente 766,6 millones de kilogramos de basura tóxica cada año”.
No es de extrañar, entonces, que sean el desecho más común en las playas, lo que pone en riesgo los ecosistemas marinos.
“Cuando se ingieren, los químicos peligrosos en los microplásticos causan la mortalidad a largo plazo en la vida marina, incluidas aves, peces, mamíferos, plantas y reptiles”, advierte la entidad.
Y agrega: “Estos microplásticos ingresan a la cadena alimentaria y están asociados con impactos graves en la salud humana, que pueden incluir cambios en la genética, el desarrollo del cerebro, las tasas de respiración y más”.