Ojalá existiera una máquina del tiempo para llevarnos a ese momento exacto, donde el humano se dio cuenta que el cuero animal podía facilitarle la vida, brindándole protección del frío, y en algún momento, amarrar cosas utilizando nudos, ¿Cuál fue el primer nudo y para que fue usado? Hoy en día lo que alguna vez nació de la astucia del Homo sapiens para sobrevivir, se convirtió en arte, una de las tantas formas de demostrar lo que es capaz de lograr la creatividad humana.
La historia cuenta que la guasquería nace en América del Sur, más precisamente en el Río de la plata, Río grande do Sul y la Banda Charrúa u Oriental. Cuando los colonizadores se encuentran con que el ganado manso que bajó de sus barcos, ahora son animales salvajes, cimarrones sin grandes depredadores que crecen en número en una tierra que para ellos es un paraíso, se disponen a cazarlos de a caballo, para quitarles la piel y el sebo con la ayuda de aborígenes. Las tareas peligrosas y brutas como lo eran las “vaquerías”, destrozaban los aperos hechos de cuero curtido europeo, y a un hombre que se le revienta una rienda en el medio del campo, se tiene que dar maña para completar su tarea, ahí es donde echa mano al cuero del ganado cimarrón para remendar o sustituir las piezas de su apero, descubriendo que obtiene un material mucho más resistente, abundante y accesible que el que venía usando.
A lo largo de los siglos, el trabajo en cuero evolucionó gracias a serendipias y a las ganas de los hombres de superarse creando cosas nuevas. Cuando digo “serendipia”, me refiero a esas veces en las que un guasquero (persona que trabaja con cuero crudo), intentando aprender o imitar la técnica de un colega, por error o no, terminaba creando una técnica nueva, una nueva forma de cruzar los tientos, nuevas tramas, secuencias, etc... que al ser anotadas o enseñadas a un aprendiz fueron pasando generación tras generación, llegando al día de hoy donde el mundo de la guasquería es tan extenso, que se podría decir que a un solo guasquero no le daría la vida para aprender o aplicar todas las técnicas que ya existen, sin contar todo lo que aún no se creó y crearán las generaciones siguientes.
El cuero es utilizado en todo el mundo, ya sea sometido a distintos procesos químicos de curtido o en su estado natural. El arte del cuero crudo es éste en el cual se mantiene el cuero en su estado más natural, donde no se le aplica ningún producto para hacerlo más maleable, solo se quita el pelo de distintas maneras, y se rompe sus fibras de colágeno, las cuales se vuelven rígidas dejando el cuero muy duro al quitarle el agua en el estaqueado (estirado y secado),
El proceso de ablandamiento del cuero crudo se realiza, entre otras cosas, para hacerlo más maleable y resistente. Este proceso se puede ejecutar de varias maneras, el más común y tradicional es el sobado a maceta, donde se enrolla el cuero sobre sí mismo y se lo golpea en toda su extensión por varias horas hasta lograr la flacidez que se busca. También, para el sobado, se utilizan mordazas y máquinas de sobado a manija o motor, la mayoría de los guasqueros utilizan más de un método de sobado sobre una misma tira de cuero con el fin de acelerar el proceso, aunque también la forma de sobado va a depender de para que será utilizado el cuero, así como también hay piezas en el que el cuero no necesita ser sobado, como, por ejemplo, cuero para tientos de un lazo.
Muchos dicen que lo primero y principal a la hora de aprender a trabajar en cuero es aprender a preparar el material, claro que esto es importante y es una tarea que todo aquel que trabaja en cuero desea realizar, pero hoy en día esto ha cambiado. Aquellos que están radicados en la ciudad y empiezan a aprender el oficio sin tener espacio para las tareas de preparado de material, tienen la facilidad de obtener cueros y lonjas de personas que se dedican a preparar material en cantidad y de excelente calidad. Esto permite que las personas que ejercen otros oficios o profesiones, como también estudiantes, utilicen sus tiempos libres para trabajar en cuero, como tarea desestresante, recreativa o con fin económico. Esto ha extendido el mercado y está llevando este oficio, que alguna vez fue completamente rural, a los centros más urbanizados.
Este oficio fue trasmitido generación tras generación, mano a mano entre un guasquero y un aprendiz, o talleres y cursos, con intentos de enseñarlo en las instituciones públicas, pero con poco éxito, quizás por la falta de interesados. Hoy en día, muchos guasqueros se dedican a dar cursos presenciales u online, traspasando fronteras y mezclando sus conocimientos.
Considero que en estos tiempos el oficio está más fuerte que nunca, donde las ganas de compartir el conocimiento son cada vez más grandes, donde los interesados en el oficio son cada vez más, donde hay más facilidad para aprender, donde cada día se crean cosas nuevas a partir de combinaciones de viejas y nuevas técnicas, y donde las autoridades le dan el reconocimiento y la difusión que tiempo atrás no había.
En Uruguay hay muchos eventos donde la anfitriona es la guasquería, está tomando el lugar que se merece, aunque se puede expandir aún más, y aquí estaré poniendo mi granito de arena. Como diría el amigo guasquero de Brasil Alexandre Pereira: “En esta trenza, mientras más tientos mejor”
Como a varios que nos gusta este oficio, pero al principio los trabajos no quedan bien ni prolijos, mucho tiempo me costó responder que era guasquero ante la pregunta “¿Y en qué trabajás?”.
Mi nombre es Matías Fagúndez, más conocido como el “Pony”, apodo que me pusieron los compañeros de la escuela agraria de Tacuarembó en el 2014, y apodo que llevaré toda la vida, a veces hasta yo mismo me he olvidado de mi nombre cuando me preguntan cómo me llamo. Mientras cursaba ese ciclo básico en la escuela técnica UTU en 2013, tuve los primeros encuentros con la guasquería, ya que mi hermano Milton Fagúndez, antes de mudarse a donde radica hoy con su taller y ejerce su oficio de guasquero, vivió un tiempo con nosotros y me enseñó algunas trenzas para pulseras, como la trenza “lomo yacaré”, la trenza de seis redonda y también la trenza de ocho cuadrada que me hizo hacer para la manija de un cajón de herramientas que conserva hasta el día de hoy.
En el año 2017 me vine a Salto a estudiar medicina veterinaria, una carrera que elegí desde muy niño, no recuerdo cuando, supongo que lo decidí cuando se me murió alguno de los tantos bichos que crie de pequeño y no pude salvarlos. No sé de dónde saqué coraje para venirme a estudiar a Salto, creo que todo gurí que se va de su pago sabe los nervios que se siente y también la inseguridad, pero las ganas de ser quien uno quiere ser, de aprender y el apoyo de los familiares y amigos le dan a uno la fuerza de darle para adelante.
En el año 2019, viviendo con 3 amigos en el centro de Salto en un apto con dos habitaciones donde una era cuarto con dos cuchetas y otra cocina y comedor, arranqué con la guasquería, pero no sin antes buscar hacer algún peso con changas, como limpiar graseras de apartamentos de la misma gente que nos alquilaba, instalar muebles y termofones con mi amigo, compañero de alquiler y de carrera desde el 2017 Juan Manuel Murieda.
El primer trabajo en cuero que hice fue un posamate, un posamate con un caballo de ajedrez y costura de borde con segmentos blancos y negros haciendo ilusión a un tablero de ajedrez. Trabajo que hice con el cuero, lonja y herramientas que me envió mi hermano desde Tacuarembó cuando le dije que quería empezar a trabajar en cuero, me brindó eso y su disposición con la que sé que cuento hasta el día de hoy de enseñarme o ayudarme con cualquier cosa que le pregunte. Con esto y los videos del canal de YouTube “El rincón del soguero” del ahora amigo argentino Cesar Rueto, hice este primer trabajo que se lo regalé a Juan Manuel que en ese momento empezó con su emprendimiento de ventas de mates “Mates ajedrez”. Todo desde un principio con el fin de ganarme algún peso, que, aunque nunca me faltó porque siempre tuve el apoyo económico de mis padres, que también enviaban las clásicas encomiendas con carne y otras comidas del campo. Pero a uno que le gusta ganarse lo suyo o de alguna forma ser independiente y útil mientras estudia, buscando también cierta libertad, empieza a trabajar la cabeza para ver que puede hacer, y yo empecé así, buscando dinero, para luego descubrir una pasión.
Luego de ese trabajo bastante desprolijo, vinieron muchos más y más desprolijos, pero siempre desde el inicio inconsciente o conscientemente buscando innovar, haciendo otros posamates con dibujos de mulitas, capinchos, etc. Buscando hacer algo que todavía nadie había hecho, o al menos yo no había visto.
Todos los primeros trabajos (los posamates) se vendieron en oferta a través de internet acompañando los mates de mi amigo, y poco a poco la gente empezó a hacerme pedidos a través de ellos, en su mayoría posamates personalizados con iniciales o diseños de marcas. Con el tiempo ya la gente se comunicaba directamente conmigo pidiéndome otras cosas aparte de posamates, y se podría decir que después de los primeros diez trabajos todos los demás fueron hechos por encargue, cada trabajo era un desafío, donde la gente confiaba en mi encargándome algo que jamás había hecho, y lo siguen haciendo hasta el día de hoy, que aunque haya aprendido más técnicas, aunque me haya puesto más prolijo y hecho gran variedad de productos, el mundo de la guasquería es muy extenso y aunque uno le gustaría aprender y hacer todo, no le daría la vida, y debe limitarse a hacer aquello que dentro del oficio más le guste hacer, sin dejar nunca de aprender, perfeccionar o intentar crear cosas nuevas.
Hoy estamos en el año 2023 y yo sigo en salto, lo que aquí debieron ser tan solo 3 años de estudio se convirtieron en 6, no era tan inteligente como me creía en los años de UTU, o quizás sí pero nunca aprendí a estudiar en los años anteriores, y en la facultad hay que sentarse a estudiar, no hay de que te guste el curso o no, hay que estudiar. En 2019 había iniciado todas las materias de segundo después de que pasar primero me costara 2 años. Las materias de segundo eran 8 divididas en dos semestres de 4 y 4, empecé por primera vez a sentir un estrés por estudio y de alguna manera el hecho de crear cosas en cuero me desconectaba, haciendo que distrajera la mente o la utilizara de un modo creativo, también dándome seguridad porque estaba teniendo un ingreso de dinero.
En 2020 encontré un hobby, hacer videos con historias de humor campero, el primero que hice fue el 7 de febrero donde aparezco cociendo un posamate y exagerando con humor el gran calor que hizo ese día en el Norte. Como tuvo éxito y me divertía, estando en el campo de vacaciones hice un par de videos más y lo sigo haciendo, por ellos he recibido seguidores, he hecho amigos, como también críticas con las cuales de alguna forma aprendí a lidiar y me hicieron conocer lo que es el mundo de las redes sociales y cómo funcionan. El humor al que yo llamo “Mi llave maestra y mi escudo” me funcionó como publicidad, trayendo a mi Instagram donde vendía mis primeros trabajos, una gran cantidad de gente de campo que muchos de ellos se convirtieron en mis clientes y amigos.
En el 2022, año en el que por primera vez me mudé solo, fue el año en el que considero que me puse más prolijo con los trabajos, 3 años después de haber comenzado a trabajar, cursaba tercer año de facultad y 8 cursos separados en un primer semestre de 3 y el segundo con 5. Los gastos aumentaron, tenía que trabajar más, mis padres como siempre me siguieron ayudando pero yo no estaba tranquilo, no sobraba la plata pero si el trabajo, había desvelos, de 8 materias aprobé 7, lo que significaba otro año más en Salto. En julio de 2022 recibí la llamada de Nicolás Silvera, abogado y guasquero de La Coronilla - Rocha radicado en Montevideo, invitándome a el primer encuentro de guasqueros en Castillos – Rocha, después de una larga charla accedí. La UdelaR, al tratarse de un evento de interés cultural me ayudó económicamente con los pasajes, y así fue como estuve por primera vez en un encuentro de guasqueros, una experiencia extraordinaria que en 2019 jamás hubiera imaginado, llegando al punto en el que quizás para algunos fue tarde, pero donde me sentí por primera vez “Un Guasquero”.
Hoy en día práctico todos los días el oficio, con muchos encargues, los cuales podría decir que con varios me atrasé, pero creo que cada trabajo tiene su tiempo, y los que más demoran son los que mejores quedarán, porque uno junta experiencia a base de errores. Me considero un fan del oficio, cada vez que veo piezas publicadas de algún colega me quedo rato mirando, las redes sociales permiten que uno vea trabajos de todo el mundo, cosa que antes solo era posible en los pocos eventos que había, el mercado del arte con cuero está creciendo, hay más eventos, más jóvenes como yo con ganas de aprender, de crear, y muchos guasqueros dispuestos a compartir lo que saben, dispuestos a difundir y mantener vivo este oficio.
Para mejorar he aprendido a observar, consultar con guasqueros de Uruguay y sogueros de Argentina, en su mayoría todos se mostraron dispuestos a compartir su conocimiento y fui bien recibido. Por eso cuando a través de mi cuenta de Instagram algunos seguidores me hacen consultas concretas sobre el oficio, respondo y comparto lo que he aprendido. A raíz de estas consultas y mis ganas de difundir el oficio, nació la idea de crear un curso online, enseñando ahí algunos de los productos que hago, con sus medidas, técnicas y pequeños tips que he aprendido y que ayudan a que un trabajo quede bien, pero esta idea fue descartada al poco tiempo.
En junio tuve la idea de grabar videos entrevistando a colegas guasqueros en el próximo evento de Castillos que será el 7 y 8 de Octubre, compartí la idea con algunos colegas que accedieron a la propuesta y a responder algunas preguntas, pero esta fue otra idea que fue descartada con el tiempo, creí innecesario hacer algo que ya otra gente que se dedica a eso va a hacer, y me perdería de disfrutar el evento con los colegas a pleno.
El domingo 13 de agosto visité a mi hermano en su taller de Tacuarembó, creamos un video donde cuenta como se inició en la guasquería y lo que significa para él, a muchos colegas les gustó, así que decidí hacer lo que iba a hacer en el evento, pero visitando a los colegas en sus talleres, proyecto que se está organizando, y espero que ayude a expandir más el oficio y el trabajo de todos los colegas.
Hace unos días infouy.com.uy me dio la oportunidad de escribir estos blogs relacionados al oficio, donde planeo compartirle a los lectores el avance de este proyecto, historias de la guasquería, de guasqueros y todos aquellos relacionados a la guasquería, enseñanzas y todo lo que surja en el camino. Así que a los lectores que nos acompañen y tengan algo que compartir, ya sea historias, anécdotas, o cualquier tipo de información relacionado a la guasquería, será bienvenido.
La guasquería hoy es un arte, en su comienzo fue maña del gaucho que usó el cuero para atar potros, hacer corrales, carretas, chozas o lanzar piedras de boleadoras para cazar un ñandú, nació antes que nuestro país, y lo ayudó a nacer. A partir del cuero se puede crear una infinidad de productos que hoy en día nos siguen facilitando la vida, tanto en el campo como en los centros urbanos, es parte de nuestra identidad, declarada hace poco tiempo en Uruguay como Patrimonio Cultural Inmaterial, así como lo es en los países vecinos. Es nuestro trabajo mantenerla viva, y nuestro derecho aprender a apreciar su arte.
Dicen que no hay tiento que no reviente, pero si un lote de tientos se une formando una linda trenza, es sabido que se hará mucho más difícil reventarlos, probablemente imposible. Un grupo de personas defendiendo su oficio, cada uno aportando sus saberes y experiencias, unidos como tientos en una trenza, pueden elevar su trabajo y hacer que perdure en el tiempo como perduran sus obras.