Fue un encuentro importante para conquistar a la audiencia y votantes indecisos.
Los candidatos apostaron a una campaña de fuertes ataques e insultos sin casi mirarse entre ellos, viendo solo las cámaras, hablándole al pueblo brasilero; además sumó acusaciones de canibalismo, mentiras, pedofilia y vínculos con el crimen organizado.
De todas maneras varios analistas afirman que anoche tampoco “se discutió lo que tenía que discutirse”, como lo son las propuestas sobre el futuro de Brasil.