Cuando el deporte jugado en cada equipo por
cuatro jinetes con sus caballos se convierte en una pasión, se involucran
muchos factores: requiere tiempo, inversión, disciplina y dedicación.
La conexión entre el jinete y su caballo es
total, en ese momento de juego ambos se convierten en una misma cosa buscando
el objetivo de lograr el mejor funcionamiento del caballo y del equipo.
En los distintos chukkers (tiempos), los dos equipos, con el control de un juez montado en cancha, buscan ganar metiendo la bocha en el arco rival.
Para poder competir en este deporte y poder
competir a nivel, se necesita una organización que conlleva el siguiente
proceso.
El polista y criador salteño Manuel “Tachuela”
Azambuja Jones, dueño de la cría “Tachu” de tierras coloradas en el
departamento de Paysandú, nos cuenta que el polo ha crecido notoriamente en todo
el Uruguay, cada vez lo juegan más personas y crece más la afición al deporte. “El
2022 fue el mejor año para el Polo en Uruguay, clasificamos por primera vez a
un Mundial de Polo que la clasificación fue en Punta del Este”, nos cuenta.
La brillante actuación de Uruguay en el
Campeonato Mundial de Polo en octubre del 2022 en Wellington (Florida – USA),
torneo donde salió tercero ganándole a la dura Argentina. Además, la evolución
de los jugadores uruguayos es notoria, jugadores de la talla como David “Pelón”
Stirling quien es un jugador de diez goles de hándicap y claramente es de los
mejores jugadores de polo del mundo, nacido en la ciudad de Young.
Inglaterra invitó por primera vez en la
historia a Uruguay a jugar la Coronation Cup, donde participaron polistas como Ignacio
Viana, Juan Curbelo, Jejo Taranco, Santiago Stirling, entre otros.
Esto lleva a mayor desarrollo de infraestructura y preparación de animales y deportistas para poder jugar este deporte. Cada vez son más los uruguayos que invierten en la genética que en muchas ocasiones terminan siendo partícipes de grandes abiertos de polo de todo el mundo.
“En Uruguay lo pueden jugar todas las
personas que lo deseen, no es un deporte inviable en sus costos, como muchas personas así lo creen, está mal conceptuado
del punto de vista de que la gente cree que es muy caro jugarlo, cuando en el Uruguay
no es así”.
En Uruguay actualmente hay varios clubes de
polo en todo el país, afiliados y no afiliados a la AUP (Asociación Uruguaya de
Polo). También hay que destacar que en Punta del Este se están construyendo
muchas canchas de arenado y riego del mejor nivel mundial que “lo pondrán como
una fecha más en el circuito mundial de primera línea”, nos dice Manuel. Es
notoria la intervención de extranjeros que invierten en infraestructura para el
polo en el este del país, lo que hace notar la evolución del deporte en el país,
y también la inversión nacional en clubes en el resto del interior del país
como en la ciudad de Salto, al norte, donde se destacan el Salto Polo Club y el
club “La Calandria”.
Los torneos más importantes en el país es
el Abierto Uruguayo, que se juega en Punta del Este Polo Club. También están
los tornes de Semana de Turismo y se juega en Young con la participación de más
de dieciocho equipos. También el torneo alto de nacional de hándicap de Carrasco
Polo de Montevideo, el torneo Valentín Martínez.
Con respecto a la cría de caballos, Manuel
nos cuenta que es un hobby, pasión y no tanto negocio por más que se vendan
piezas de cría al exterior. “La idea del negocio es para poder pagar los gastos
que conlleva jugar al polo”. Jugadores uruguayos que vivan del polo hoy en día
son muy pocos, son jugadores profesionales que juegan en distintos países del
exterior durante todo el año.
Así como evoluciona el deporte, evoluciona su genética en los caballos, que muchas veces se venden a países con polo más desarrollado como Argentina, Inglaterra, Estados Unidos, Hong Kong, Francia, España, Australia, Sudáfrica, Alemania y otros destinos más.
Azambuja Jones es uno de los ocho actuales criadores
en el país de la raza de sangre Polo Argentino, una raza específica seleccionada
genéticamente para el deporte. El desarrollo de esta sangre logra que en el
país empiece a usarse esa genética específica en las canchas y se comience a
dejar de lado al caballo criollo de campo.
Esta pasión requiere de dedicación y
esfuerzo, el trabajo de una industria sin chimeneas, el desarrollo de un equipo
de gente con el fin de lograr mejorar el deporte, entre ellos están los
herreros, peticeros, veterinarios, domadores, forrajeros, cuidadores, pilotos,
dentistas de caballos, personal sanitarios, fleteros, y los apasionados
jinetes.
Un deporte que hoy en día es jugado mayormente por hombres pero que cada día crece más la participación femenina de las dedicadas amazonas uruguayas.
Nota de Francisco Merino Roig.